¡Otra vez, lesionado..!

"Suena el despertador y rápidamente lo apago para no despertar al resto de la familia, son las 5:00 de la mañana, me quedo unos instantes entre las sábanas con ganas de volver a dormir y disfrutar de lo plácido que se está en  cama a ésta hora de la mañana;  siento que quiero quedarme porque  allá afuera está muy frío; las cobijas se sienten más pesadas que de costumbre ¿qué hago?  De pronto recuerdo que estoy preparándome para correr una carrera dentro de 1 mes y debo entrenar,  si ahora recuerdo lo bien que me siento cuando corro y quiero ganarle a mi compañero de trabajo, si lo lograré.  Me levanto y me visto con la ropa que deje lista en la silla la noche anterior, paso por la cocina tomo un jugo y voy al parque a correr.  Llego con la sensación del frio y un tanto aletargado, empiezo a hacer un trote suave para calentar los músculos, pero tengo que regresar pronto, así que mejor empiezo a trotar pronto.

Me cruzo con otras personas  corriendo, paseando a sus perros, caminando y ciclistas; voy poniéndome alerta y despertando mientras amanece, tengo 2 personas al frente a un ritmo más lento que el mío, observo que viene un ciclista en dirección opuesta a la mía, mido la distancia y siento que puedo pasar a la pareja frente a mí, decido acelerar el ritmo y pasarlos, me voy acercando a ellos pero noto que el ciclista está muy cerca y me va a golpear, debo acelerar más y me impulso con fuerza hacia adelante y giro mi cintura y tronco hacia la izquierda para que el ciclista no me golpee, vuelvo a regresar mi cuerpo a la posición normal pero esa torsión me hizo sentir un tirón en la parte baja de la espalda, no me molesta tanto, mejor sigo corriendo porque tengo que regresar.  Termino de correr mis 8 kilómetros y estiraré un poco, ouch..! Me duele más la espalda.  El dolor no me dejó trabajar en paz en la oficina y me está molestando al caminar. Creo que debo ver al médico".

Una historia muy cotidiana, real y común que incrementa la larga lista de casos de personas que hacen ejercicio y que contrario a lo que la mayoría piensa entrenan adoloridos o lesionados. 
“Pero si yo me cuido en la alimentación y voy al gimnasio para fortalecer mis músculos” sin embargo en el último año me he lesionado 3 veces y tengo que parar mi entrenamiento cada vez que me sucede.  ¿Qué estoy haciendo mal, supuestamente el ejercicio, me daba una mejor calidad de vida…?
 

Lee el artículo completo en: Vidactiva.com







Más rendimiento y menos lesiones

Después de 17 años en el mundo de Fitness, y de entrenar cientos de personas con diferentes estilos de vida y objetivos, me he dado cuenta que no importa la actividad que se realice (correr, caminata, bicicleta de montaña, escalada, motocross, nadar, patinar, deportes en equipos, bailar, asistir a un gimnasio, etc.), la experiencia del movimiento para el cuerpo es la misma: contracciones musculares, movimientos articulares y patrones de movimiento que se ejecutan dependiendo de la destreza, habilidad, fuerza, resistencia y flexibilidad de los participantes.

Sin embargo, el porcentaje de lesiones sigue en aumento, y no precisamente por el exceso de entrenamiento, sino por una falta de conciencia en el fortalecimiento del centro de nuestro cuerpo.

Ya hace más de 90 años, Joseph Pilates se dio cuenta de esto y no fue sino hasta esta última década que fisioterapeutas, entrenadores y profesionales del acondicionamiento físico empezaron a poner mucho énfasis en esto.

Click para leer el artículo completo en Revista Vidactiva